La dieta en la prevención de la Obesidad. Evidencias y recomendaciones (1)

¿Comer cinco comidas al día es aconsejable o no tiene trascendencia en el peso del individuo? ¿Adelgazan las dietas ricas en fibra? ¿Cuántas calorías deben consumirse por debajo de las requeridas diariamente para perder peso? ¿Cuál es la mejor dieta para adelgazar?

Éstas son preguntas a las que probablemente muchos profesionales sanitarios se hayan enfrentado en la consulta y que, en ocasiones, les habrán hecho plantearse si realmente conocen la respuesta correcta. Tampoco les ayuda la gran oferta de fuentes a las que acudir para informarse, algunas de ellas con escaso soporte científico y en otros casos con diferencias llamativas entre las recomendaciones que en las mismas se ofrecen.

Ante esta confusión es necesario poseer una mirada crítica hacia la información existente y separar el grano de la paja con el tamiz del conocimiento científicamente contrastado. Por esto, vamos a analizar el magnífico documento elaborado por las sociedades integradas en la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) el cual pretende examinar con lupa la información publicada para conocer la verdad de las diferentes cuestiones y los distintos abordajes que actualmente se plantean en la prevención y el tratamiento de la obesidad, unificando criterios de actuación.

Dividiremos el articulo en 2 partes, siendo ésta primera »La dieta en la prevención de la obesidad» y la segunda »La dieta en el tratamiento de la obesidad.

Índice de contenidos

Equilibrio energético y peso corporal

1. Densidad energética:

Los patrones alimentarios de alta densidad energética pueden conducir a un incremento de peso en adultos. El aumento de peso puede prevenirse mediante dietas que contengan alimentos con baja densidad energética

2. Equilibrio energético y ambiente obesogénico:

La ausencia de supermercados con disponibilidad de frutas y hortalizas o su ubicación a grandes distancias, sobre todo en núcleos humanos con niveles socioeconómicos desfavorecidos, son factores condicionantes de un mayor IMC medio poblacional. Deben arbitrarse estrategias que hagan posible la disponibilidad alimentaria y el acceso a alimentos saludables, en especial a frutas y hortalizas, para crear ambientes favorables para mantener el IMC medio poblacional

3. Comer fuera de casa:

El consumo de fast food de forma habitual (más de una vez a la semana) puede contribuir al incremento de la ingestión energética y a la ganancia de peso y obesidad. Limitar el consumo habitual (frecuencia de más de una vez a la semana) de fast food puede evitar la ganancia de peso debida a este factor

4. Tamaño de las raciones:

El ofrecimiento de raciones de mayor tamaño condiciona un aumento en la ingesta energética de los individuos. La utilización de raciones de menor tamaño limita la ingesta energética

5. Desayuno:

Son controvertidas e inconsistentes las investigaciones que estudian la relación entre la omisión del desayuno en adultos y el riesgo de sobrepeso y obesidad.

6. Aperitivos:

Son controvertidas e inconsistentes las investigaciones que sugieren que el consumo de aperitivos está asociado con el incremento de peso.

7. Frecuencia:

Las investigaciones que estudian la relación entre la frecuencia de comidas y la variación de peso corporal son inconsistentes.

Patrones alimentarios y peso corporal

1. Dieta mediterranea:

Pese a que existen resultados inconsistentes, los estudios apuntan hacia un posible papel de la dieta mediterránea (Diet- Med) en la prevención del sobrepeso y la obesidad. Una mayor adherencia a la DietMed podría prevenir el sobrepeso y la obesidad y prevenir el aumento del perímetro abdominal.

2. Dietas vegetarianas:
Las dietas vegetarianas están asociadas en adultos sanoscon IMC menores. El consumo de dietas vegetarianas podría conducir a una menor ganancia de peso con el tiempo en adultos sanos.

 Nutrientes y peso corporal

1. Hidratos de carbono:

Las dietas con mayor contenido de hidratos de carbono complejos (≥ 50% del aporte energético total, aproximadamente) se asocian con IMC más bajos en adultos sanos. Las evidencias sobre la asociación entre las características físicas de los hidratos de carbono (líquidos o sólidos), la ingesta energética y el peso corporal son controvertidas. No existe suficiente evidencia que permita afirmar que el IG y la carga glucémica (CG) de la dieta se asocien a un incremento del peso corporal en adultos sin patología. Las dietas para adultos sanos que pretenden prevenir la ganancia de peso deben contar con una presencia importante de hidratos de carbono complejos (≥ 50% del aporte energético)

2. Lípidos:

La ingesta de grasa, tras ajustar por la ingesta energética, no está asociada con la ganancia de peso en adultos sanos. Las investigaciones que estudian la relación entre la ingesta de ácidos grasos saturados en adultos sanos y el riesgo de obesidad observan resultados contradictorios. La ingesta de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados no se han asociado a la ganancia de peso en adultos sanos.

Las evidencias referidas al consumo de ácidos grasos omega-3 y su efecto en la variación de peso o en la prevención de exceso de peso en adultos son insuficientes para establecer ninguna recomendación. Los limitados estudios epidemiológicos disponibles muestran una relación consistente acerca del papel de los ácidos grasos trans en la ganancia de peso y el incremento de la grasa abdominal. Para prevenir la ganancia de peso en adultos sanos resulta de mayor importancia el control de la ingesta energética total que el de la ingesta de grasas totales.

3. Proteinas:

Las evidencias referidas al consumo de proteína total, de animales y vegetales, y su efecto en la variación de peso o en la prevención de exceso de peso en adultos son insuficientes para establecer ninguna recomendación. No se han establecido evidencias referidas al consumo de proteínas vegetales (soja) y su efecto en la variación de peso que permitan realizar recomendaciones sobre la prevención de ganancia de peso en adultos.

4. Vitaminas y minerales:

Las evidencias disponibles indican que la suplementación con calcio no está asociada con una menor ganancia de peso. Las evidencias disponibles indican que la suplementaciónconjunta con calcio y vitamina D no produce mejoras clínicamente relevantes en el control de peso corporal en mujeres posmenopáusicas

5. Fibra dietetica:

Una alta ingesta de fibra en el contexto de una dieta rica en alimentos de origen vegetal se asocia a un mejor control del peso corporal en adultos sanos. Aumentar el consumo de fibra a partir de alimentos de origen vegetal puede evitar la ganancia de peso en adultos sanos  

6. Agua:

 Las evidencias referidas al consumo de agua y su efecto en la variación de peso o en la prevención de exceso de peso en adultos sanos son insuficientes para establecer ninguna recomendación.

Alimentos y peso corporal

1. Frutas y hortalizas:

El consumo alto de fruta y hortalizas está asociado a un menor incremento de peso en adultos a largo plazo. La prevención dietética del aumento de peso puede modularse mediante dietas que contengan un contenido alto de fruta y hortalizas

2. Cereales integrales:

Un consumo alto de cereales integrales está asociado a menores IMC. Se recomienda que, para la prevención de la ganancia de peso, la dieta contenga una cantidad importante de cereales integrales

3. Azúcares:

Las evidencias referidas al consumo de azúcares libres o totales (salvo en las bebidas azucaradas) con respecto a la ganancia de peso corporal son controvertidas

4. Bebidas azucaradas:

El consumo frecuente de bebidas azucaradas está asociado con IMC mayores. Limitar la frecuencia de consumo de bebidas azucaradas puede conducir a una menor ganancia de peso con el tiempo.

5. Aceite de oliva:

La ingesta de aceite de oliva no parece asociarse a un riesgo significativo de ganancia de peso en adultos sanos

6. Frutos secos:

La adición de frutos secos a la dieta habitual no se asocia alaumento de peso corporal. El consumo moderado de frutos secos presenta ventajas para prevenir enfermedades crónicas, sin que ello comprometa el riesgo de ganancia de peso

7. Carne:

El elevado consumo de carne y procesados cárnicos podría incrementar la ganancia de peso y el perímetro abdominal. Limitar el elevado consumo de carne y productos cárnicos puede evitar la ganancia de peso debida a este factor

Fuente: Documento Consenso FESNAD-SEEDO, Octubre 2011

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