Deficits en nuestra dieta (I) Magnesio

Siempre escuchamos: »la edad no perdona, cuando llegues a viejo empezarán los problemas, almacenarás kilos y kilos de grasa y un largo etc». Esto ocasiona que »regulemos» la dieta »intentando» comer sano, puesto que ‘‘creemos» que sabemos como es: mucha verdura y fruta, pasta y arroz, pescado, poca carne etc.

Sin embargo, siguen llegando los problemas y pocas son las veces que se analiza la nutrición como posible causa de las enfermedades que vamos desarrollando. Y yo digo, ¿y si esta dieta mediterránea no es tan perfecta como la pintan? ¿Y si debido a nuestra alimentación tenemos deficits importantes que nos hacen desarrollar problemas con el tiempo?

Quizás va siendo hora de ir al origen de los problemas, no al tratamiento directo, quizás va siendo hora de que se le de a la nutrición la importancia que tiene…

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Carencias en nuestra dieta

¿Qué es lo que puede fallar en una dieta como la nuestra, considerada como sana y completa por los estamentos nutricionales? Según la Ana Mª Lajusticia, dietista y química que lleva treinta años esforzándose por solucionar nuestros problemas de salud relacionados con la dieta, la carencia de magnesio es la más importante que sufrimos en estos tiempos.

Se ha demostrado que los suelos de labor cada vez son más pobres en magnesio, porque durante el siglo XX se han utilizado abonos químicos como fertilizantes. Estos, a diferencia de los orgánicos, como el guano y el estiércol, no aportan magnesio a la tierra, por lo que los terrenos han ido empobreciéndose, paulatinamente en este elemento; aún es más, durante el pasado siglo el ritmo de cosechas de cereales, por ejemplo, se multiplicó por cuatro, lo que aceleró el proceso. Sólo donde hay suelos dolomíticos (antiguos fondos marinos que emergieron durante los procesos de formación de montañas, en la Era Terciaria), como zonas de Persia, Armenia, los Cárpatos y los Andes, donde además se daba una concentración alta de ciertos crustáceos y dolomitas, no faltará este elemento, pues el mar tiene una concentración muy alta de sales de magnesio. También hemos eliminado el consumo de sales marinas gruesas que eran muy húmedas y ahora utilizamos sales refinadas a las que se les ha extraído el cloruro magnésico para solucionar el problema de la humedad.

Para agravar el problema, los fertilizantes químicos son ricos en calcio y potasio, que son antagonistas químicos del magnesio a la hora de la absorción de minerales por las raíces de las plantas.

Expertos de USA, Francia y otros países consideran que la dieta actual apenas nos suministra la mitad del magnesio del que se tomaba a principios del siglo pasado.

Magnesio

Una vez conscientes del problema de la falta de magnesio en los alimentos que tomamos, ¿qué papel desarrolla el magnesio en nuestro organismo?, lo podemos resumir en tres apartados:

  • Interviene en todas las síntesis (o sea, fabricación de compuestos), formando complejos con moléculas de alta energía, especialmente ATP (adenosin trifosfato). Como por ejemplo, formación de neurotransmisores y neuromoduladores, síntesis de enzimas, anticuerpos, hormonas, reparación de tejidos y réplica y transcripción del código genético en la síntesis de proteínas.
  • También interviene en la permeabilidad de las membranas celulares para ciertos nutrientes y minerales, en lo que se llama transporte activo a través de membranas, en colaboración con el ATP.
  • Como consecuencia de lo anterior, interviene en la relajación muscular, incluido el funcionamiento del músculo cardíaco,y en la transmisión de la corriente nerviosa, porque permite la repolarización de las neuronas y el mantenimiento de su potencial de acción.

¿Cuando falta magnesio?

Teniendo en cuenta la enorme cantidad de funciones orgánicas en las que interviene este elemento, su deficiencia produce gran variedad de trastornos, problemas e incluso enfermedades:

  • Fatiga constante
  • Síndrome premenstrual (el magnesio interactúa con la Vitamina B6 para reducir los excesos de estrógeno y es esencial como cofactor en el metabolismo de los ácidos grasos, que median en la inflamación)
  • Hormigueos, calambres, dolores musculares, párpados que laten, pinchazos en la región precordial, taquicardias y extrasístoles, despertarse en la noche con la sensación de dar un salto o caerse de la cama o de dar patadas, espasmos en la laringe, opresión torácica. Los espasmos alcanzan los vasos sanguíneos tanto del cerebro (migrañas) como de la retina o de las coronarias, provocando subidas de tensión que muy frecuentemente presentan la mínima alta.
  • Retención de fluidos, estreñimiento, malas digestiones, caída de cabello, exfoliación o separación de las uñas, problemas con las encías, desgaste de los discos intervertebrales y, uno de los más extendidos, artrosis con descalcificación. 

¿Como ingerir más magnesio?

No se trata de utilizar el magnesio como comodín del origen de todas las enfermedades que nos acechan, sino de conocer la explicación bioquímica de los mecanismos de acción de este mineral para poder establecer la relación de los trastornos enumerados anteriormente y su déficit, y de, en beneficio de nuestra salud presente y futura, suplementar nuestra dieta con este mineral, siguiendo las indicaciones de un terapeuta nutricional.

Los alimentos más ricos en magnesio son:

  • Cacao
  • Almendras
  • Cacahuetes
  • Harina de soja
  • Nueces
  • Judías blancas y otras legumbres
  • Chocolate amargo
  • Copos de avena

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Fuentes

– Nutrición óptima para la mente. Patrick Holford. Editorial Robin Book (2005).

– La alimentación, la 3a medicina. Jean Seignalet. Editorial RBA Integral (2004).

– Vitamins, minerals & herbal supplements. Sarah Brewer. Editorial Robinson (2002).

– La alimentación como medicina. Dharma Singh Khalsa. Editorial Urano (2004).

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